Pop
art, Andy Warhol and The factory
Hacia
1960, Andy Warhol decidió dedicarse plenamente a su pintura, introduciendo en
sus obras viñetas y personajes de cómics y la publicidad. Durante principios de
los 60, Warhol aludió en su obra el consumismo estadounidense, reaccionando
contra el materialismo y al ambiente consumista que reinaba en ese tiempo.
Reaccionó usando en sus proyectos elementos habituales de la clase media
americana (como Las esculturas de cajas Brillo de 1964). En 1962,
comenzó a utilizar la serigrafía en su obra artística, creándola en una especie
de producción en cadena, provocando que se cuestionara la autenticidad y la
trascendencia de las obras.
En
1965, Warhol anunció públicamente el abandono de la pintura para convertirse en
el manager de un grupo de música, Velvet Underground. En 1968, Valérie
Solanis, figurante de una de sus películas, disparó contra el pecho del artista
hiriéndole gravemente.
Tras una larga recuperación, en 1969 Warhol fundó la revista Interview, cuyo contenido inicial era el cine, aunque acabó convirtiéndose en una crónica rosa de los amigos ricos y famosos de Warhol, tales como Halston, Mick Jagger y Truman Capote.
Tras una larga recuperación, en 1969 Warhol fundó la revista Interview, cuyo contenido inicial era el cine, aunque acabó convirtiéndose en una crónica rosa de los amigos ricos y famosos de Warhol, tales como Halston, Mick Jagger y Truman Capote.
A
partir de 1974 tuvo lugar la última etapa creativa de Warhol, protagonizada por
símbolos psicológicos y políticos. Ejemplos de esta época son la imagen
aumentada del líder chino Mao Zedong sobre pinturas y dibujos, la serie de
cuadros Autorretratos con calaveras (Self Portraits with Skulls), La
hoz y el martillo (Hammer and Sickles) y Símbolo del dólar (Dollar
Sign). Entre finales de los 70 hasta su muerte en 1987, Warhol se dedicó a la
investigación de la expresión abstracta (por ejemplo su obra Oxidaciones,
más comúnmente conocida como piss paintings).
Durante
la década de los ochenta, su carrera se encaminó por la producción televisiva,
realizando programas como Fashion,Andy Warhol’s TV y Andy
Warhol’s 15 Minutes.
Estilo
Warhol
denominó a su estilo y su lugar de trabajo La Factoría (The Factory).
Allí era donde creaba sus obras serigrafiadas, imágenes en fotografía que se
convirtieron en la meca de sus adoradas estrellas de Hollywood, como Elizabeth
Taylor, Elvis Presley o Marilyn Monroe.
La
importancia de Warhol y su obra artística.
La
obra de Warhol se ha convertido en representación y expresión definitiva de la
sociedad de los años 50 y 60, caracterizada por una pintura moderna y
artificial que intenta expresar los sentimientos de deseo y satisfacción
inmediata. Warhol, como figura artística, causó un gran impacto en el ambiente
cultural occidental, redefiniendo el concepto de arte a partir de las imágenes
iconográficas de la sociedad y desmitificándolo como aquello que es sólo para
algunos entendidos. Warhol consiguió acercar el arte a la vida cotidiana,
apropiándose de objetos de consumo generales en toda la sociedad y
convirtiéndolos en arte. Consiguió que sus ideas y concepciones fueran más allá
de lo que sus obras muestran a simple vista. Existe todo un mundo conceptual
dentro y fuera de él y su obra.
Personaje
polémico durante y después de su vida, fue y ha sido objeto de numerosos
análisis, exposiciones de arte y retrospectivas, libros (como La filosofia
de Andy Warhol: de la A a la Z), películas y documentales (como I
Shot Andy Warhol). Uno de los aportes más populares de Warhol fue su
declaración sobre los 15 minutos de fama que cualquier persona puede
conseguir. Esta frase en cierta manera predijo el actual poder de los medios de
comunicación y el apogeo de la prensa amarilla y de los reality shows.
Explorador
de todas las manifestaciones culturales, su legado artístico se considera
magnífico, y cuya resonancia y permanencia aún perduran.
Warhol
insistió repetidamente, no sólo con declaraciones esporádicas, sino también con
el testimonio de su vida, que en sus obras no había nada que rascar, que todo
se encontraba en la superficie: «Todo el significado de mi obra está en la
superficie, detrás no hay nada». Con ello quería indicar su militancia por la
banalidad, el sentido de un arte que fluye con la vida y que, por lo tanto, no
sólo es intenso o trágico o monótono, sino también banal y brillantemente
superficial. Warhol se propuso dar una vuelta de tuerca a la provocación de
Kandinsky, quien eliminó de sus cuadros las figuras. La pintura de Warhol ya no
es que no significara nada, sino que lo que significaba podía carecer de
importancia.
Pero
hay un problema. Hablando de arte especialmente de pintura la idea de
superficie tiene dos sentidos muy diferentes: puede referirse a esa banalidad
cotidiana, consumista y descerebrada a la que hemos aludido, pero también a la
condición visual de la superficie pictórica, a la disposición de las formas y
colores sobre la piel del lienzo.
En
ese caso, la superficialidad de Warhol indicaría una habilidad extrema para
disponer los motivos, los énfasis y las repeticiones, la reproducción, la
mezcla de lo industrial y lo manual. Los pintores abstractos norteamericanos,
herederos de Kandinsky o Malévich, lucharon toda su vida por acceder a la
superficie de la pintura, a su esencia, mientras Warhol partía de esa superfie
para acceder al sentido, a una nueva forma de profundidad.
Hace
15 años, cualquier intento de evaluar el arte tenía en cuenta dos figuras
clave, seguramente por su alto contenido mediático: Beuys y Warhol. Ambos
mostraban una indumentaria y una actitud pública que los situaba como grandes
artistas, ambos abordaban de manera global los problemas del período histórico.
Pasados estos 15 años, en situación de hacer todo tipo de cábalas, cálculos y
clasificaciones, la figura de Andy Warhol se potencia cada día, no sólo como
estratega en la presentación de imágenes del entorno, sino como pensador, como
comentarista de algunas de las ideas que seguirán vigentes en un futuro
próximo.
Actualmente
Beuys ha caído en un ostracismo tan extremo como su popularidad entre nosotros
durante los años ochenta. Warhol ya no sólo es su igual, sino alguien que ha
superado esa posición de artista importante, para acceder a la de
imprescindible, con lo que esto implica en cuanto a la vigencia de su trabajo.
Posiblemente haya sido Warhol el artista que mejor ha expresado un componente
clave del mundo moderno: la reproducción, la pérdida del aura del original y la
disponibilidad de las imágenes.
De
cualquier forma, la evaluación de la obra de Warhol aún está por hacer. Aunque
nadie creyó, por evidente, su cuento sobre la superficialidad, algunos críticos
resaltaron pronto que la visión del mundo contemporáneo de Warhol estaba
marcada por el miedo, el dolor y la muerte.
Desde
su fallecimiento en 1987, se han sucedido todo tipo de interpretaciones más o
menos originales o interesantes respecto a su caso: un análisis desde el punto
de vista de la identidad gay, una minoría con un punto de vista específico;
otra relacionada con su condición de emigrante, particularmente atento a la
realidad, dominado por el miedo a la exclusión. La serie de flores,
tradicionalmente interpretada como una reelaboración del kitsch, sería producto
de un acercamiento al mundo femenino; mientras los cuadros de violencia y
accidentes, las pistolas, las hoces y los martillos, los dólares, abordarían un
rechazo del paradigma masculino. El trabajo de interpretación enriquece aún la
obra de un artista que cuando murió se llevó consigo el dudoso palmarés de ser
el primer genio superficial.
En Dick
Tracy (1960), de Warhol, se formalizó técnica e iconográficamente el cómic
como pertinente al pop. De 1961 a 1964 se convirtió en el tema principal de
Lichtenstein, quien estaba interesado en la estructura formal de la viñeta
aislada.
La composición de varias fotografías derivó hacia el espacio cinematográfico. En este ámbito, la mayor influencia sobre el pop fue ejercida por la escena, la secuencia o acción compleja, aunque única.
El cartel publicitario fue el principal género visual estático de la sociedad de consumo y, por ello, el que influyó más en el pop. Reunía el inventario más sistemático de las técnicas visuales.
También fue frecuente la alteración de imágenes en relación a su contexto. Por ejemplo, la transformación de obras de arte en imágenes populares, como las copias de Lichtenstein sobre obras de Picasso, Cézanne o Monet. Este procedimiento dio origen a la parodia o figura que retiene la forma o el carácter estilístico de la obra primaria, pero la altera con un contenido o contexto ajeno. Esta idea abunda en Rauschenberg y Rosenquist.
Otra figura socorrida fue la supresión de elementos representados, en el sentido que el espectador percibía la ausencia y podía reconstruir el objeto ausente. La supresión se tradujo en la condensación de una escena completa en alguno de sus elementos característicos.
Sin embargo, la técnica más socorrida fue la repetición y seriación en lo que destacó Warhol a partir de sus serie "Marilyn Monroe", "J. Kennedy", "Flores" y otras.
Nuevos íconos
Las unidades temáticas del arte de la imagen popular se relacionaron directamente con la masa y el consumo, agrupándose en unidades simbólicas compactas, propias de cada sociedad. Para ello, el pop elaboró una técnica próxima a la publicidad. Así, las temáticas no fueron arbitrarias; su elección estaba condicionada por los símbolos presentes en los medios de comunicación.
Uno de los símbolos más usuales fue el del status de la personalidad y de la posición social, autos, alimentos, viviendas y confort doméstico trabajado por Hamilton, Rosenquist, Wesselmann, Oldenburg, Lichtenstein, Segal, Rauchenberg y Warhol.
También fue frecuente la utilización de comerciales. Estos se referían a todos los medios de publicidad y propaganda de los productos que podían elevar el status social. Destacó en ello Warhol con la sopaCampbell y el detergente Brillo, entre otros.
No quedaron afuera los símbolos técnicos de la era tecnológica (Paolozzi, Hamilton y Rauschenberg). Pero, sin duda, fueron los mitos de masas los que tuvieron un mayor apogeo, debido a que el individuo de la sociedad de consumo terminó por atribuir a un personaje determinado la calidad de un héroe mítico que dependía directamente del boom publicitario del momento.
El símbolo sexual fue introducido por el pop con gran fuerza. Su temática respondía a la imposibilidad propia de la sociedad burguesa de vivir y ver auténticamente el sexo. El objeto femenino se integraba como algo abstracto, y la sexualidad se insertaba dentro de la mecánica publicitaria.
Pese a las críticas que ha recibido el pop como movimiento, es claro que ha sido la tendencia más decisiva en el desarrollo de representación de los años 60. Sus lecciones a nivel de lenguaje, así como el replanteamiento de la problemática artística siguen operando en la actualidad.
La composición de varias fotografías derivó hacia el espacio cinematográfico. En este ámbito, la mayor influencia sobre el pop fue ejercida por la escena, la secuencia o acción compleja, aunque única.
El cartel publicitario fue el principal género visual estático de la sociedad de consumo y, por ello, el que influyó más en el pop. Reunía el inventario más sistemático de las técnicas visuales.
También fue frecuente la alteración de imágenes en relación a su contexto. Por ejemplo, la transformación de obras de arte en imágenes populares, como las copias de Lichtenstein sobre obras de Picasso, Cézanne o Monet. Este procedimiento dio origen a la parodia o figura que retiene la forma o el carácter estilístico de la obra primaria, pero la altera con un contenido o contexto ajeno. Esta idea abunda en Rauschenberg y Rosenquist.
Otra figura socorrida fue la supresión de elementos representados, en el sentido que el espectador percibía la ausencia y podía reconstruir el objeto ausente. La supresión se tradujo en la condensación de una escena completa en alguno de sus elementos característicos.
Sin embargo, la técnica más socorrida fue la repetición y seriación en lo que destacó Warhol a partir de sus serie "Marilyn Monroe", "J. Kennedy", "Flores" y otras.
Nuevos íconos
Las unidades temáticas del arte de la imagen popular se relacionaron directamente con la masa y el consumo, agrupándose en unidades simbólicas compactas, propias de cada sociedad. Para ello, el pop elaboró una técnica próxima a la publicidad. Así, las temáticas no fueron arbitrarias; su elección estaba condicionada por los símbolos presentes en los medios de comunicación.
Uno de los símbolos más usuales fue el del status de la personalidad y de la posición social, autos, alimentos, viviendas y confort doméstico trabajado por Hamilton, Rosenquist, Wesselmann, Oldenburg, Lichtenstein, Segal, Rauchenberg y Warhol.
También fue frecuente la utilización de comerciales. Estos se referían a todos los medios de publicidad y propaganda de los productos que podían elevar el status social. Destacó en ello Warhol con la sopaCampbell y el detergente Brillo, entre otros.
No quedaron afuera los símbolos técnicos de la era tecnológica (Paolozzi, Hamilton y Rauschenberg). Pero, sin duda, fueron los mitos de masas los que tuvieron un mayor apogeo, debido a que el individuo de la sociedad de consumo terminó por atribuir a un personaje determinado la calidad de un héroe mítico que dependía directamente del boom publicitario del momento.
El símbolo sexual fue introducido por el pop con gran fuerza. Su temática respondía a la imposibilidad propia de la sociedad burguesa de vivir y ver auténticamente el sexo. El objeto femenino se integraba como algo abstracto, y la sexualidad se insertaba dentro de la mecánica publicitaria.
Pese a las críticas que ha recibido el pop como movimiento, es claro que ha sido la tendencia más decisiva en el desarrollo de representación de los años 60. Sus lecciones a nivel de lenguaje, así como el replanteamiento de la problemática artística siguen operando en la actualidad.
Bibliografía:
Cortado,
oscar. The warhol: Andy Warhol. [Sitio web]. 2012 The Andy Warhol Museum. 117 Sandusky Street, Pittsburgh.
Carnegie museums of Pittsburgh. (2002). [2/Dic/2012]. http://www.warhol.org/especiales/andy_warhol/exposicion.htm
San
Martin, Francisco Javier. Andy Warhol: The factory. [Sitio web]. El filósofo y
la caja de bayetas. Exposición Guggenheim.[2/12/2012]. http://servicios.elcorreo.com/guggenheim/andywarhol/plasticas.html
Sandler,
Irving. The Triumph of American Painting: A History of Abstract
Expressionism.
New York: Praeger, 1970.
New York: Praeger, 1970.
Wilkin,
Karen and Carl Belz. Color as Field: American Painting, 1950-1975.
Washington, DC: American Federation of the Arts, 2007.
Washington, DC: American Federation of the Arts, 2007.
Aranzazú Buenrostro Ochoa
No hay comentarios:
Publicar un comentario