La revolución sexual
El amor libre tuvo cierta influencia sobre la generación
beat, en los años 1950, y sobre el movimiento hippie y subculturas. En algunos
círculos, el concepto de amor libre se asoció principalmente a los hippies
aunque haya existido desde mucho antes. Igualmente fue desarrollado por el
feminismo de fines del siglo XIX y principios del siglo XX y retomado por el movimiento
feminista en la década de los sesenta.
«Amor libre» se convirtió en una frase destacada
utilizada por y los nuevos movimientos sociales y contraculturales de los años
1960 y 1970, caracterizado por el verano del amor en el año 1967 y el lema «Haz
el amor, no la guerra ». La sexualidad desenfrenada se convirtió en una
nueva norma en algunos de estos movimientos juveniles, llevando a algunas
feministas a criticar el amor libre de la década de 1960s y 1970 como una forma
para que los hombres presionen sexualmente a las mujeres.
El movimiento hippie abrazaba la vieja consigna de amor
libre de los radicales reformadores sociales de otras épocas. La
experimentación del sexo junto a la psicodelia se produjo debido a la
percepción de que ayudaban a desinhibirse, mientras que otros exploraban los
aspectos espirituales del sexo.
En la década de 1980, las preocupaciones sobre el SIDA y
otras enfermedades de transmisión sexual atenuaron la promiscuidad de la década
de 1970, pero muchas de las reformas sexuales propugnadas por los movimientos
de amor libre anteriores se convirtieron en la corriente principal: la
legalización del aborto, el control de la natalidad y la homosexualidad, la
libertad en la elección de amor, sexo o ambos, y los derechos de las mujeres en
general. La castidad, la virginidad y la sumisión en el matrimonio tenían mucho
menos poder como ideales sociales para las mujeres.
En el siglo XIX fueron influyentes en las visiones sobre
el amor libre los escritos de personas gay como el socialista Edward Carpenter
así como los del anarquista escocés John Henry Mackay los cuales defendían
especialmente las relaciones amorosas y sexuales entre parejas del mismo sexo.
En forma más reciente está la defensa del amor libre y de las relaciones entre
personas del mismo sexo por parte de Allen Ginsberg, ícono de la Generación
Beat y del movimiento hippie, simpatizante del anarquismo y de la New Left de
los años 1960 y figura importante dentro de la defensa de los derechos LGBT en
el siglo XX en Estados Unidos.
El concepto “revolución sexual” se vincula hoy con un
cambio amplio y radical que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XX y
afectó principalmente al mundo occidental. Este cambio se caracterizó por la
adopción de una nueva concepción de la moralidad sexual y el comportamiento
sexual humano en general. Al mismo tiempo, el concepto se vincula también con
la liberación de las mujeres en el ámbito de las costumbres familiares
tradicionales así como la progresiva igualdad que se ha ido alcanzando entre
los dos sexos a partir de las décadas de 1960 y 1970.
Para
muchos destacados autores y estudiosos de la sociología la conocida como
“revolución sexual”, no fue un revolución como tal sino que más bien consistió
en la aceptación pública progresiva de una mayor variedad de comportamientos
sexuales que con anterioridad se consideraban tabú. Al mismo tiempo la
“revolución sexual” constituyó un hecho muy destacado para el movimiento
feminista, puesto que se demandaban derechos básicos para las mujeres como el
aborto y la píldora anticonceptiva.
Esta “revolución” abrió la puerta a debates y críticas de
todo tipo que antes habrían sido impensables. Debates sobre el poder de lo
erótico, críticas y alternativas sobre la monogamia además de comenzar a
aceptarse la homosexualidad.
A menudo el término amor libre, también conocido como
unión libre se relacionada con la revolución sexual de los 60 y 70. Sin embargo
este término se desarrollo ampliamente finales del siglo XIX en el marco de la
ideología anarquista, aunque ya con anterioridad hubo defensores del mismo pero
que no estaban asociados a dicha ideología.
La concepción de amor libre que se planteó con fuerza en los 60 y 70, chocaba de lleno con la estructura del Derecho civil y mas concretamente con el matrimonio, ya que este último se considera realmente como un contrato que tiene como objetivo establecer derechos y obligaciones.
Sin
embargo el amor libre rechaza esta concepción jurídica argumentando que el amor
es un compromiso mutuo y voluntario y que tampoco puede ser motivo de contrato
como lo son los negocios. El Estado por lo tanto no puede entrar a valorar este
tipo de disposiciones y por lo tanto carecería de fundamento y de competencia
sobre este asunto. El amor libre antepone el derecho conmutativo, en
contraposición al derecho estatal o público. De esta forma, para muchos,
aquellas desilusiones y desengaños que se presentan en la vida serían
fácilmente salvables si, este tipo de hechos pasaran a ser considerados como
temporales, modificables, revisables: esencialmente variables en vez de como se
ha venido haciendo hasta ahora, sean definitivos.
Uno de los primeros grupos que se intereso por estos
nuevos conceptos de vida sexual fueron los beatniks. Estas nuevas ideas en la
concepción de las relaciones amorosas fueron muy interesantes para la
generación beat en los años 1950, y más tarde sobre el movimiento hippie así
como en diferentes subculturas. Por ello, no hay que asociar el amor libre
exclusivamente con los hippies, ya que estos o mejor dicho algunos de estos
adoptaron unas ideas que ya se encontraban muy presentes y desarrolladas por
otras personas tiempo atrás.
Otro
componente fundamental de la revolución sexual, fue el feminismo. El feminismo
es una corriente de teorías sociales y prácticas políticas que critican
abiertamente las relaciones sociales históricas en donde la presencia femenina
ha estado siempre encasillada a desempeñar un papel único y sin posibilidad de
desarrollarse en otros ámbitos en una cierta igualdad con los hombres. Surge de
manera potente con el movimiento sufragista de principios del siglo XX y en las
décadas de los 60 y 70 se desarrolla aún mas ampliamente, uniéndose a otros
grupos que demandan derechos sociales.
La revolución sexual que planteaba el feminismo de las
décadas de los 60 y 70 ha llegado a introducir grandes en bastantes sociedades
occidentales. Principalmente, las feministas demandaban el sufragio femenino,
el empleo en igualdad, el derecho al divorcio, el derecho al aborto, así como
otros muchos. El hecho de que algunos de los derechos demandados por las
mujeres hayan pasado a considerarse como derechos humanos, es significativo, no
sólo de la fuerza que tuvieron en su momentos aquellos grupos sino de lo
atrasadas que se encontraban aquellas sociedades de mediados de siglo.
Los movimientos feministas tras la consecución de muchos
de sus principales demandas perdieron fuerza o se escindieron en otros grupos
más radicales. Sin embargo durante las dos últimas décadas han vuelto a tomar
fuerza los grupos feministas en general, debido a una inacción por parte del
poder político en continuar equiparando derechos entre hombres y mujeres.
Los grupos feministas siguen reivindicando los muchos
cambios que quedan por realizarse. En particular, hoy en día se esta luchando
especialmente por acabar con la lacra de desigualdad en materia de salarios o
por el derecho a quedarse embarazada sin tener que ser despedida.
El
aborto sigue siendo un tema que no se ha dejado de perder fuerza y sigue siendo
una de las principales reivindicaciones pero siempre se ha topado con el poder
político azuzado principalmente por las instituciones eclesiásticas y las
derechas.
Por muchos derechos y avances que se hubieran conseguido
en las décadas de los 60 y 70 en diversas materias, los derechos de la mujer
siguen estando, en buena parte, olvidados. A día de hoy ningún país ha
conseguido la igualdad de salarios por el mismo trabajo realizado por hombres y
mujeres. El aborto continua siendo algo muy inseguro y el Estado no suele
aplicar las leyes legisladas a favor de aquellas interrupciones del embarazo
que se encuentran en teoría, amparadas por la ley, como son los casos de
violación o los que pueden poner en riesgo la vida de la madre.
Por ello, puede concluirse que si bien la revolución
sexual de mediados de siglo llevó a que las sociedades cambiaran drásticamente,
en la práctica hoy en día la ley ampara en pocas ocasiones algunas de las
nuevas conductas que ya se encuentran mayoritariamente superadas y en algunos
casos legisladas.
http://www.campodemarte.com/la-revolucion-sexual.html
Citlali Gabriela Aguirre Ruiz Velasco
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