De donde viene el nombre de Beatnik.
La palabra "beatnik" fue acuñada por Herb Caen,
un popular periodista de San Francisco, para referirse a los beats o la
Generación Beat, que habían establecido su principal centro de reunión en la
Playa Norte de la ciudad. Caen, quien varios años después ganaría el Premio
Pulitzer, inventó el término en un artículo escrito en el San Francisco
Chronicle el 2 de abril de 1958,1 fusionando las palabras "beat" y
"Sputnik". El Sputnik 1 fue el primer satélite artificial y había
sido lanzado por la Unión Soviética seis meses antes, convirtiéndose en un
símbolo, tanto del poderío soviético como de la amenaza de destrucción nuclear
de los EE. UU. En el marco de la Guerra Fría, debido a lo cual desató una ola
de temor masivo entre los estadounidenses. Al vincular a la Generación Beat con
el Sputnik soviético, el objetivo era mostrarla como "no americana"
(no estadounidense). En algunos sitios web se menciona erróneamente que la
palabra derivó de la fusión de los términos "beat" y
"nudnik", término idish que significa "aburrido" u
"obtuso".
Criticando la tergiversación del término, Allen Ginberg,
uno de los principales referentes de la Generación Beat, escribió una carta al
New York Times, luego de que el periódico la utilizara reiteradamente en un
artículo referido al escritor, para deplorar "la engañosa palabra
beatnik", diciendo que "si hubieran sido los beatniks y no los
iluminados poetas beat quienes hubieran invadido este país, no hubieran sido
creados por Kerouac sino por la industria de los medios de comunicación de
masas, dedicados constantemente al lavado de cerebro del Hombre".5
Por su parte Jack Kerouac, quien inicialmente había
definido el término "beat" como "abatido, despreciado y
maltrecho" (beat down), ocho meses después precisó su significado en el
Foro Brandeis "¿Hay una Generación Beat?" ("Is There A Beat
Generation?") Realizado el 6 de noviembre de 1958 en el Hunter College
Playhouse de Nueva York. Los panelistas eran el propio Kerouac, James A.
Wechsler, el antropólogo de Princeton Ashley Montagu y el escritor Kingsley
Amis. Wechsler, Montagu y Amis se presentaron vestidos con trajes, mientras
Kerouac lo hizo con jeans negros, botas y una camisa a cuadros blancos y
negros. Leyendo un texto que ya tenía preparado, Kerouac reflexionó sobre el
significado y el sentido de "lo beat":
Es debido a que soy beat, esto es, que creo en la
beatitud y en que Dios ama tanto el mundo que le dio a su hijo único... ¿Quién
sabe, si el universo no sea realmente un vasto mar de compasión, la verdadera
miel sagrada, debajo de toda esta muestra de personalismos y crueldad?
En la jerga local estadounidense de la época, el término
"beat" indicaba la cultura, la actitud y la literatura, mientras que
la palabra "beatnik" se utilizaba para estereotipar la cultura beat,
tal como aparecía en los personajes de historieta, muchas veces violento, que
difundían los diarios y revistas.
"Beat" era un modo de ser, dijo el profeta
(Ginsberg); "beatnik" era ropa de moda. Beat era identidad; beatnik
era imagen.
Esta distinción entre "beat" y
"beatnik" ha sido analizada por el profesor Ray Carney de la
Universidad de Boston, una autoridad en cultura beat, en The Beat Movement in
Film, una serie de notas suyas realizadas en ocasión de una muestra de 1995 organizada
por el Museo Whitney:
Gran parte de la cultura beat expresa una posición
negativa antes que positiva. Estuvo animada por un vago sentimiento de
displacer e insatisfacción cultural y emocional, y un anhelo, antes que por un
propósito o programa específico.
En su memoria Minor Characters (Houghton
Mifflin, 1987), Joyce Johnson describió cómo "lo beat" fue
estereotipado y absorbido por el sistema comercial estadounidense:
"Generación Beat" vendió libros, vendió
suéteres de cuello alto y bongoes, boinas y anteojos negros, vendió un estilo
de vida que parecía graciosamente peligrosa, que podía ser tanto condenado como
imitado. Los matrimonios suburbanos podían organizar fiestas beatnik los
sábados a la noche y beber demasiado y manosear a las esposas de los otros
Ann Charters, en Beat Down to Your Soul: What Was
the Beat Generation? (Penguin, 1991) observó como el término
"beat" fue apropiado para volverse una herramienta de marketing:
El término fue tomado porque puede significar cualquier
cosa. Puede incluso ser explotado a la afluencia de las extraordinarias
invenciones tecnológicas de la época. Casi de inmediato, por ejemplo, la
publicidad de las empresas grabadoras de Nueva York usaron la idea de
Generación Beat para vender sus nuevas grabaciones de larga duración en vinilo.
En Iberoamérica los términos "beat" y
"beatnik" llegaron como sinónimos, sin que se percibiera la
significación política peyorativa que el segundo poseía en Estados Unidos.
Tampoco se difundió el estereotipo comercial ni la moda asociada al movimiento.
Al menos cuatro bandas de rock iberoamericanas (Argentina, Brasil, Chile,
México) adoptaron como nombre Los Beatniks y un grupo de escritores, se formó
bajo su influencia.
En México el movimiento beatnik fue llamado "la
onda", incluyendo escritores como José Agustín y Jorge Garcia Robles, en
una primera etapa y en una segunda, Armando Vega Gil, con su alter ego Armiados
Gueva Vil.
Bibliografía:
Mike Ladd. «The Language of the Beats...». Radio National Lingua Franca, 30 de septiembre de 2000.
Mike Ladd. «The Language of the Beats...». Radio National Lingua Franca, 30 de septiembre de 2000.
Monagan, Susana (2005). «Grease is the Word». Estados
Unidos: Universidad de Ithaca.
Rubén Llamas Sánchez
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